Malu, Pablo y yo felices, dispuestos a festejar el 9 de julio.
Desde la entrada la montaña se veía así.
Aquí
un poco de la historia de Dolium
es la primera bodega
de América Latina totalmente subterránea, fue diseñada para compatibilizar las
antiguas tradiciones con la más moderna tecnología y producir vinos de alta
calidad. Por el hecho de estar bajo tierra tienen la capacidad de mantener el vino a una temperatura
constante sin la necesidad de utilizar equipos de frío por lo que el uso de
energía eléctrica es mínimo. Una excelente idea totalmente innovadora de su fundador don Mario Giadorou.
A
su vez Dolium es el nombre latino de las ánforas vinarias o vasijas las cuales
los romanos enterraban y allí conservaban sus mejores vinos, en condiciones
óptimas de temperatura.
El edificio en forma de “L” fue construido por el famoso estudio de
arquitectura Bormida & Yanzón, en la zona de Agrelo, Mendoza http://www.bormidayanzon.com.ar/
Las uvas de esta bodega provienen del viñedo
propio adyacente a la misma y de una
finca de donde se obtiene Malbec de cepas de 75 años (destinado a un single
vineyard 100% varietal), y Sauvignon Blanc.
En
búsqueda de la máxima expresión, se
elaboran por separado pequeños
lotes de vinos, con las uvas correspondientes a cada una de las hileras de
viñas en cada viñedo, esto les permite detectar el potencial de cada sector y
trabajarlo a medida para la siguiente cosecha.
Creo
que es la
bodega ecológica por excelencia, ya sea por
la utilización de una serie de prácticas sustentables, tanto en el viñedo como
en el edificio, sus botellas livianas y la decisión de no imprimir folletos le
otorgan este concepto Eco Estate.
Ricardo
quiso embelesarnos y lo logró!
Aquí muestro las
fotos de los vinos que degustamos. Me fue difícil decir cual maridaba mejor,
pero noté las increíbles diferencias de cada uno.
Probamos
un excelente Torso 2011, Eco- Estate es un corte de uvas blancas, de la cepa
emblemática torrontés con la sauvignon blanc madura de boca sedosa resulta
buenísimo super frío.
No soy yo solamente la que dice que tienen
excelentes vinos, tienen varias joyitas de alta gama, les comento algunas premiaciones:
En el concurso Malbec International Competition (2011) - Gran Malbec de Oro al
Dolium Gran Reserva Malbec 2007
realizada en Bourn, Francia.
En el
Malbec al Mundo - Medalla de oro al Dolium Reserva 2006, por Austral Spectator - Dolium Reserva Malbec
2006, Petit Reserva Sauvignon Blanc 2007 y Gran Reserva 2005 reconocidos dentro
de los sesenta y nueve mejores vinos
de la Argentina. No los quiero aburrir pero hay más!
Les voy a confesar que estos Pappardelles
fueron amasados por Ema Giadorou,
servidos con una amabilidad, buen
humor y dulzura de anfitriona. Estaban acompañados de
una carne que tenía 24 horas de cocción y cuya salsa tenía algún vino de la bodega, no se
cúal (creo que son esas recetas casi
secretas).
Dolium
es una de las bodegas que exportan el 80% de su producción al
Reino Unido, EEUU, Suiza y Brasil y una pequeña cantidad a Australia, así que tendrá que venir a Mendoza a probar sus vinos! Si Ema cocina nuevamente
yo también me prendo!!
Cada
vez la política de la bodega
se enfoca más al turismo enológico pero no convencional. Aquí se pueden hacer distintos programas como una cata
vertical de vinos no embotellados para entender cómo es la evolución e imaginar
cómo será el vino
final.
Una
curiosidad: si usted quiere coleccionar
las etiquetas de la bodega
que son un tesoro no tiene más que pedirlas por correo. etiquetas@dolium.com.
www.dolium.com
Me
lleno de ternura la historia de Ema y Mario
y quiero que la conozcan. Cada vez las historias de amor y compromiso me
enternecen más.
Vivencias
de un sueño compartido en Mendoza
Emma
Gerla, compañera y esposa de Mario Giadorou, relata con aires de nostalgia los
hermosos recuerdos de una vida compartida junto a quien fue el artífice y
fundador de bodega Dolium. Este testimonio refleja una historia de vida que se
convierte en un ejemplo de esfuerzo y convicción de los proyectos de un
visionario, quien halló en tierras mendocinas la posibilidad de concretar sus
sueños.
“Para
comenzar a contar esta historia debo remontarme a nuestra infancia en Milán,
cuando jugábamos con Mario en la plaza cercana al lugar donde vivíamos. Allí
empezaron nuestros primeros pasos juntos y luego de casarnos, viajamos a Buenos
Aires donde estuvimos hasta el año 1997.
Mario
era el ingeniero de Techint, un hombre muy interesado en las innovaciones
técnicas y apasionado por los viajes a diferentes países del mundo, que le
permitían acercarse a los últimos adelantos en la materia.
Al
retirarse de su trabajo, comenzó a pensar dónde continuar sus proyectos
personales, ya que teniendo una personalidad inquieta no estaba acostumbrado a
quedarse en casa; la vida tan tranquila no era lo suyo….
Fue
así como al año siguiente ya estábamos en Mendoza, mirando algunas fincas en Agrelo,
Luján de Cuyo. Verdaderamente esta provincia nos cautivó, nos quedamos
encantados por las montañas nevadas y
los colores del otoño en las viñas.
Mario
había tomado una decisión, me dijo: ‘Emma... ya sé que voy a hacer, quiero hacer una bodega’. Considerando que él se
dedicó toda su vida a construir plantas industriales, embarcarse en un proyecto
de estas características implicaba un cambio fantástico, porque el vino es
vida, es gusto y placer. Frente a esto, yo sentí que tenía que compartir su entusiasmo.
Poco
a poco fue necesario poner en obra la idea, en ese momento comenzó a dibujar la
bodega que fue pensada subterránea, siguiendo la tendencia innovadora de países
europeos. Esta característica permitía mantener la temperatura ideal en el
proceso de refrigeración con la última tecnología; además de ser económica,
ahorrar energía y convertirse en una novedad en la provincia.
Para
ello se contrató al estudio de arquitectura Bórmida - Yanzón, quienes
comenzaban a trabajar en proyectos vitivinícolas, siendo Dolium una de sus
primeras experiencias. Mario iba todos los días a la construcción, era el
primero en llegar y el último en irse, ya que nunca dejaba ningún detalle sin
ser controlado.
El
resultado fue hermoso, en el mes de febrero del año 1998 parte de la bodega
estaba lista. Ya se podía comenzar a hacer vendimia, pues el nivel subterráneo
se encontraba en condiciones para recibir la uva. Este espacio no se construyó
completamente bajo tierra, puesto que para ello se debía realizar una excavación
muy profunda; por tal motivo, sólo se perforaron 4,5 metros suficientes para
dejar a las barricas totalmente cubiertas. Por su parte, los tanques tuvieron
una sobre estructura de cemento armado, que visto desde el exterior simula una
pequeña elevación lindante al resto de la bodega.
Considerando
la posibilidad de recibir al turismo, Mario pensó en un ambiente donde se
pudiera contemplar todo el proceso productivo. Así la bodega cuenta con un hall
muy espacioso e iluminado, con paredes de vidrios que permiten observar por un
lado, la elaboración del vino, y por el otro, el imponente paisaje y sus
viñedos.
Si
bien al principio puede parecer un edificio compacto, conformado con bloques de
cemento prensado, al apreciar los detalles, las personas descubren una vista
gratificante. Llegando por la Ruta Provincial 15, la bodega se encuentra
contenida en sus viñedos.”
En
la actualidad el sueño de Mario ha continuado en manos de Emma y su hijo
Ricardo, quienes perpetúan este legado trabajando con la misma pasión que su
fundador. Como bien expresa en sus cálidas palabras Emma Gerla: “Mis raíces
están aquí, en Dolium.”