Esta sociedad tiene sus orígenes en 1915 con Juan Giol, uno de los pioneros de la vitivinicultura argentina, quien le compró a Ricardo Bustos la bodega que había hecho construir en 1890. Su hijo Humberto, con su esposa Eleonora Gargantini, siguieron en la conducción y fueron los que bautizaron la sociedad con el nombre de San Polo (San Pablo en veneto), honrando al pequeño pueblo italiano donde fijó residencia la familia Giol en la década del ‘20.
Medio siglo después, la empresa estuvo en manos de Juan Carlos Giol Gargantini y Tilde Toso, en la actualidad, los conductores son Alejandra Giol y Rodolfo Masera, quienes junto a sus hijos trabajan preservando el espíritu emprendedor de su fundador llevando sus vinos a los cinco continentes.
La tradicional arquitectura de la bodega refleja rasgos propios de fines del siglo XIX: techos con cabreadas de pinotea y cañas; si bien su fachada ha sido restaurada, aún conserva las características originales de la época.
Los viñedos están localizados en el Valle de Uco, entre los 1.000 y 1.200 m.s.n.m y su cuadro varietal se constituye con Malbec, Merlot, Cabernet sauvignon, Syrah y Chardonnay, los que trabajan con tecnología de producción para vinos de alta calidad. Además, la bodega alcanza un nivel de producción de 4.000.000 de litros, con 52 piletas de fermentación que aseguran procesos homogéneos y salas de barricas para un volumen de 100.000 l.
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Vinos San Polo |
Desde la bodega reconocen y valoran que los resultados obtenidos son posibles gracias al compromiso de su personal, muchos de ellos hijos y nietos de quienes trabajaron desde los orígenes en el emprendimiento. Actualmente San Polo consolida su proyección creciente a nivel internacional y ha empezado a introducirse en el mercado nacional con una expectativa más que promisoria.
Edicion Libro Argentina Tiempo de Cosecha. Editado para bicentenario Mayo 2010